Abans quan era a Mallorca escrivia molt. Ara, amb dos nens petits, la
cosa és una mica més difícil. I penjar-ho al bloc encara més. Reciclo
un e-mail que li vaig enviar a un amic.
cosa és una mica més difícil. I penjar-ho al bloc encara més. Reciclo
un e-mail que li vaig enviar a un amic.
Deberíamos tener una máquina de fotografiar instantes, sensaciones,
olores que nos acompañan. Las fotos son muchas veces pobres para
captar las emociones que nos acompañan. Si una imagen vale más que mil
palabras, todos tenemos aromas, ambientes, canciones, sensaciones que
nos devuelven mil imágenes de lo que hemos pasado. En las olas
amenazantes del mediodía, en el ruido del viento, en el salitre
salpicando la cara, resuena lo que hemos sido en veranos anteriores.
Ahora mismo, por ejemplo, pensaba que ninguna cámara puede captar fidedignamente lo que hay en este rincón de la casa que me ha visto crecer: Las buganvillas meciéndose temblorosas, entregándose al contraluz inmisericorde de la tarde agónica, el fucsia insolente de la flor contra el humilde verde de las matas y el pino, salpicado por el
blanco purísimo del jazmín de detrás que me recuerda a otro jazmín, muy lejano, que alguien prendió en mi pelo hace ya tantos años.
Y el viento despeinando el pino mayestático que plantó mi abuelo hace tantos años y que ahora preside las benéficas sombras de la terraza.
Me paso el verano atesorando momentos intensos, que me alimentan durante el largo invierno. Y cuando la luz fría de la tarde invernal decae demasiado pronto, mi alma se resiste a oscurecerse, porque recuerda otra luz vibrante que iluminó tardes gloriosas de verano.
olores que nos acompañan. Las fotos son muchas veces pobres para
captar las emociones que nos acompañan. Si una imagen vale más que mil
palabras, todos tenemos aromas, ambientes, canciones, sensaciones que
nos devuelven mil imágenes de lo que hemos pasado. En las olas
amenazantes del mediodía, en el ruido del viento, en el salitre
salpicando la cara, resuena lo que hemos sido en veranos anteriores.
Ahora mismo, por ejemplo, pensaba que ninguna cámara puede captar fidedignamente lo que hay en este rincón de la casa que me ha visto crecer: Las buganvillas meciéndose temblorosas, entregándose al contraluz inmisericorde de la tarde agónica, el fucsia insolente de la flor contra el humilde verde de las matas y el pino, salpicado por el
blanco purísimo del jazmín de detrás que me recuerda a otro jazmín, muy lejano, que alguien prendió en mi pelo hace ya tantos años.
Y el viento despeinando el pino mayestático que plantó mi abuelo hace tantos años y que ahora preside las benéficas sombras de la terraza.
Me paso el verano atesorando momentos intensos, que me alimentan durante el largo invierno. Y cuando la luz fría de la tarde invernal decae demasiado pronto, mi alma se resiste a oscurecerse, porque recuerda otra luz vibrante que iluminó tardes gloriosas de verano.
2 comentaris:
Una bona forma de descriure lo especial de l'estiu.
Es veritat que se acaba un dia, pero en sa meva experiencia sempre torna al cap d'uns nou mesos...com un altre neixament cualsevol.
Per cert, "lo hise!" ja he arribat a casa. !
Fins aviat.
Marcos.
El que fa més especial l'estiu és poder retrobar, any rera any, a amics tan especials.
Esperant l'estiu que ve...
Ànims! ja falta poc!
Publica un comentari a l'entrada